El viernes pasado fui a cenar con unos amigos, una cena que ya hacía bastante tiempo que debía haberse celebrado. En un momento de la velada hablamos de mi cambio de trabajo, y de que era lo que más me había costado. Obviamente, el cambio como tal ya cuesta, nuevo sitio, nueva gente, nuevas costumbres, nuevo horario, nuevas responsabilidades. Pero para mí esto no ha sido lo que más me ha costado.

Hace un momento hablaba con mi amigo Dani, que también ha cambiado de trabajo, y comentábamos lo mismo. Lo que más me ha costado del cambio es que últimamente en mi empresa había entrado en una rutina, en un dejarme ir, en un hacer cosas que la organización no iba a usar. Por lo tanto había perdido la costumbre de innovar, de estar a la última. Aquí donde estoy ahora, lo primero que me dijeron es que querían que la informática fuera puntera y un motor de creatividad de la empresa. Yo siempre había creído que mi trabajo tenía que ser así, pero ya hace un año que había dejado de hacer cosas en esa dirección. Obviamente no todo el mundo tiene mi problema. No todos los trabajos de una organización son como el mío. Ni todas las personas son iguales que yo. Pero a mí me ha pasado esto, mi mente estaba dormida.

Bueno, y ¿cómo evitamos que esto pase? Yo pensaba que, por ejemplo, escribir un blog me ayudaría, pero no ha sido así. Al final lo que aquí escribo no forma parte de lo que hago en mí día a día para mi empresa. Yo soy un informático organizador, uso la informática para organizar la empresa. Y de esto en el blog nunca he hablado. Por ejemplo, vamos a montar un sistema muy avanzado de gestión de los recursos humanos y materiales del almacén. Nada de lo que llevo escrito por aquí me va a ayudar con esta tarea.

Podríais pensar que para adquirir nuevas habilidades, lo mejor es la experiencia directa, hacer cosas. Obviamente esa es la primera fuente de adquirir conocimientos, pero no es la única. En nuestro cerebro existe un tipo de neuronas llamadas neuronas espejo, que nos permiten adquirir experiencia observando como otras personas actúan, e imaginando simplemente como actuaríamos nosotros. Por lo tanto es importante que no dejéis de asistir a reuniones, eventos, cursos, cualquier cosa que os permita ver tendencias o prácticas en vuestro sector, y que luego imaginéis como lo aplicaríais en vuestra empresa, aunque solo sea imaginar. Por ejemplo, intentar buscar en internet alguna fuente de información de vuestro sector, y seguirla para activar vuestras neuronas espejo.

Además esta actividad os ayudará a mejorar vuestra capacidad de reconocer patrones, otro mecanismo muy importante en nuestro cerebro. Se trata de la habilidad que posee nuestra mente de escanear el entorno, encontrar un orden y crear significado de gran cantidad de datos, que os permite después tomar decisiones más precisas en una situación determinada. O sea, de mucha información, quedarnos con lo importante para tomar decisiones. Cuando cambiamos de trabajo nos bombardean a información, y la capacidad de rápidamente entender el negocio es extremadamente importante. El ver otras cosas, lo he comentado en el párrafo anterior, os ayudará a sintetizar y a estar preparados.

También podéis intentar tener conversaciones con personas que han cambiado, que no han seguido siempre el mismo camino, que no hacen las cosas porque siempre se han hecho así. Tendréis otro punto de vista que os mantendrá la mente en forma. Además, cuantas más cosas aprendáis, mejor seréis en el aprendizaje. Mantendréis vuestra mente preparada para que en el momento del cambio esté lista para lo que venga. Hemos de tener una mente abierta, estar preparados para dar un paso atrás en lo que sabemos para volver a empezar y cultivar nuevas opciones.

Como Mª Ángeles me indica, nuestro gran problema es el tiempo. No tenemos tiempo para imaginar ni aprender. Bueno, es vuestra decisión usar el tiempo que tengáis para lo que creáis. Al final, no todos hemos de cambiar de trabajo.